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Septiembre-Octubre 2005
lunes, 05 de septiembre de 2005

¿Crisis en el sector turístico?

La tan cacareada crisis del turismo en general y del español en particular, como en todos los ámbitos de esta sociedad competitiva en la que vivimos, seguramente puede ser atribuida en gran parte a la falta de originalidad e innovación, a la carencia de ideas y novedades por parte de los agentes involucrados en el sector.

Hace poco apareció un artículo en el periódico La Verdad de Murcia, firmado por Luis Gómez, en el que bajo el título de “Turismo de la nada” se nos mostraban varios ejemplos de cómo un lugar sin aparentes atractivos turísticos (de acuerdo con los patrones y concepciones tradicionales) puede, con un poco de imaginación y estrategia publicitaria, convertirse en un destino demandado por millones de turistas ansiosos de conocer cosas nuevas y hartos de los típicas ofertas de toda la vida. La cultura, la música, el arte, la historia, incluso el cine o lo esotérico, son algunos de los nuevos valores a explotar por los operadores de turismo. Como siempre, aquellos que lleguen primero, se llevarán el pato al agua, mientras que otros seguirán sumidos en la sempiterna queja de la crisis, hundidos hasta las rodillas en la arena de las abarrotadas playas veraniegas.
En el juego de la oferta y la demanda, es la segunda la que manda, valga la redundancia. No se puede seguir imponiendo una oferta a un público que busca otras cosas. Toledo ya no se vende tanto como la ciudad imperial de imponente Catedral y heroico Alcázar, sino como el sitio donde se forjaron las espadas del Señor de los Anillos o la patria chica de los influyentes y adinerados judíos sefarditas de Nueva York.

Todo esto es también aplicable en el ámbito del turismo rural. Las actividades en la naturaleza y los deportes de aventura ganan cada día más adeptos, en detrimento de la barbacoa y la tranquilidad campestre, o al menos son su complemento ideal. Otro eventos, como el Festival de de Teatro de Almagro o el Centenario del Quijote, pueden ser también la clave para atraer a un gran número de visitantes.

El objetivo es siempre el mismo, satisfacer a un público que quiere viajar y disfrutar de sus vacaciones, pero que cuenta con unos gustos muy diversificados y es bastante exigente a la hora de reclamar un producto original y de calidad.



RUTA P40

La costumbre pagana de poner a las ciudades bajo la protección de alguno de los muchos dioses...

NUESTRAS COMARCAS

Los próximos 23, 24 y 25 de septiembre de 2005 tendrá lugar en la localidad de Riópar, en la comarca de Sierra del Segura (Albacete) el I Encuentro Internacional “La Ecología del Agua”.
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El comienzo del otoño está asociado en muchas regiones de España con el comienzo de la vendimia.
AL DÍA EN TURISMO
Dos años después de celebrarse su primera edición con gran éxito, el próximo día 24 de septiembre comenzará en Kiev...


Dijo Julio Llamazares en un artículo publicado en El País que “el turismo rural, como su nombre indica, es una invención urbana, una forma de llamar al veraneo del interior sin que parezca algo para pobres.” Lo cierto es que esta afirmación, que puede tener validez dentro el tono satírico de su artículo, es quizá una definición muy simplista para un fenómeno que abarca innumerables formas y manifestaciones. Sobre todo, hay que tener cuidado al intentar determinar el target, el usuario estándar del turismo rural. Aunque no faltan numerosos modelos tópicos y convencionales más o menos ciertos, desde el urbanita que busca (sin conseguirlo) integrarse en la experiencia pueblerina, el ecologista militante, el hastiado de la playa, etc. sería demasiado fácil a la vez que negativo de cara a planificar una estrategia promocional limitarnos a considerar sólo este enfoque tan reduccionista. Son muchas y muy diversas las edades, las motivaciones, las disponibilidades económicas y temporales y otras características que encontramos entre los usuarios del turismo de interior. Por lo tanto, podemos concluir que turista rural puede serlo cualquiera, incluso los propios habitantes de un entorno también rural, siempre que la oferta sea lo suficientemente atractiva y variada para interesarle, y de hecho lo es.



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