Paralelo 40



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Abril 2002
lunes, 01 de abril de 2002

Parques Nacionales

El contacto directo con la naturaleza es, sin duda, un aliciente importante para el turista de interior, una forma ideal de disfrutar de una o más de sus múltiples facetas: tranquilidad, actividad, descanso, riesgo, belleza, cultura, aventura... Paralelo 40 cuenta con un gran número de espacios naturales para disfrute del viajero, sin menoscabo de todos los aspectos de la protección medioambiental que es necesario considerar de igual modo. Nos centraremos en dos espacios de nuestra ruta catalogados como Parques Nacionales: Cabañeros y Daimiel.

El Parque Nacional de Cabañeros está situado en los Montes de Toledo, limitado tanto por ríos (Estena y Bullaque) como por montañas y sierras (macizo del Rocigalgo, macizo del Chorrito, Sierra de Miraflores). Su extensión es de 40.000 Ha, aproximadamente. En él podemos disfrutar de una rica variedad, tanto paisajística como de flora y fauna, albergando gran número de especies protegidas a nivel nacional y mundial. Algunos de los animales que podemos encontrar allí son la cigüeña negra, el águila imperial, el águila real, el águila calzada y el águila culebrera. Cabe destacar la coexistencia del buitre leonado y el buitre negro; de este último se contabilizaron 120 parejas reproductoras en 1995, haciendo de Cabañeros el segundo núcleo de cría del mundo. Entre los mamíferos herbívoros proliferan el ciervo, el corzo (que suele permanecer en los bosques altos de la sierra) y el jabalí. La flora de Cabañeros constituye la más extensa representación del bosque mediterráneo, con especies como encinas, alcornoques, robles melojos y abedules.

La riqueza de Cabañeros se extiende también al pasado. El tiempo ha ido modelando sus montañas, dejándonos ver la huella de seres que habitaron sus parajes hace millones y millones de años. Ya en el siglo XIII fue sometido a las Ordenanzas de Uso de Toledo, que permitieron su conservación hasta nuestros días. En 1988 la Junta de Castilla La Mancha ya lo había declarado Parque Natural y fue reconocido como Nacional el 20 de noviembre de 1995. Además, el parque está declarado Zona de Especial Protección para las Aves.

Las Tablas de Daimiel nos ofrecen también un interesante recorrido por la naturaleza. Situadas en Ciudad Real, en los municipios de Daimiel y Villarrubia de los Ojos, muestran una imagen distinta de Castilla-La Mancha, la denominada Mancha Húmeda, quizás menos conocida, pero igualmente rica y variada. El paisaje de las Tablas está formado por el agua que llevan los ríos Guadiana y Gigüela, que dan lugar a un amplio desbordamiento, originando grandes encharcamientos y superficies de inundación debido a la escasez de desniveles en el terreno. Curioso es el paisaje de los Ojos del Guadiana, donde el río se pierde en las piedras calizas, para renacer nuevamente a unos 50 kilómetros.

Su historia se remonta a 1325 cuando aparece descrita en el "Libro de la Caza" del Infante Don Juan Manuel como un lugar propio para la caza y afirma su pertenencia a la Orden de Calatrava; su fama como magnifico lugar de caza se prolonga hasta el siglo XIX. Personalidades como el General Prim o el rey Alfonso XII cazaron en estos parajes. Ya en 1959 se dicta la Orden Ministerial por la que se prohíbe definitivamente la caza en las Tablas y, en 1966, las Tablas de Daimiel se convierten en Reserva Nacional de Caza, reconociéndose la necesidad de iniciar un programa de protección y conservación de su fauna. En las Tablas también se ha luchado por mantener el agua que recorre sus tierras y que la convierten en un acuífero por excelencia. Se ha batallado contra desecaciones y canalizaciones hasta llegar a su reconocimiento en 1973, cuando obtiene la declaración de Parque Nacional que ha sido ratificada en 1980. En 1988 se la califica como Zona de Especial Protección para las Aves y también está considerada Zona Húmeda de Importancia Internacional en la lista que, al amparo del Convenio de Ramsar, acoge cerca de 200 humedales de Europa y Norte de África. Las Tablas están estratégicamente situadas en las rutas migradoras de miles de aves y desde hace muchos años han sido utilizadas como zona de reposo; incluso muchas de estas aves escogen estas zona para pasar el invierno.