Los Caminos del Caballero Andante
Aun tratándose de un personaje de ficción, engendrado en la genial imaginación de Don Miguel de Cervantes, lo cierto es que las andanzas del insigne caballero Don Quijote tuvieron como escenario una región muy concreta y a la que la literatura ha concedido de esta forma una bien merecida fama. La Mancha y Don Quijote son dos realidades indisolubles desde que Cervantes comenzó a mojar su pluma, según la tradición, en su sombría y solitaria prisión de la pequeña localidad de Argamasilla de Alba, conocida actualmente como la Cueva de Medrano. Con las debidas reservas, éste parece ser el célebre lugar de La Mancha donde vivía un hidalgo llamado Rodrigo de Pacheco en el que el escritor se inspiraría para crear su Quijote, y que era hermano de Magdalena de Pacheco, la mujer por la que Cervantes habría dado con sus huesos en aquella lóbrega celda. Pero hay más rincones manchegos que constituyen un pequeño peregrinaje quijotesco por aquellos lugares expresamente mencionados en obra. Uno de los más conocidos es quizá la Cueva de Montesinos, cerca de las lagunas de Ruidera, en Albacete, que aparece en el capítulo XXII, donde el hidalgo deseaba entrar por ver a ojos vistas si eran verdaderas las maravillas que de ella se decían por todos aquellos contorno. Ya en Ciudad Real, encontramos la venta donde aparentemente fue Don Quijote armado caballero, ubicada en la población de Puerto Lápice. Y Siguiendo nuestro recorrido, podremos acercarnos al célebre Toboso, patria de la gentil doña Dulcinea, personaje inspirado en la vecina del lugar Doña Ana Zarco, cuya casa es actualmente un museo que nos recuerda a la famosa dama. Finalmente, retornaremos de nuevo a Argamasilla de Alba para visitar la Casa del Bachiller Sansón Carrasco, el Caballero de los Espejos.
Éstos son tan solo algunos ejemplos de los muchos santuarios cervantinos que salpican toda la geografía manchega y que el turista puede visitar desde cualquiera de los muchos alojamientos disponibles en las trece comarcas manchegas presentes en Paralelo 40, aprovechando la celebración del IV Centenario para impregnarnos de lo quijotesco de estos lugares.
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