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Julio-Agosto 2004
jueves, 01 de julio de 2004

Una alternativa al turismo de sol y playa

Según los expertos, el sector turístico costero está atravesando por un período de crisis desde el año 2002, importante aunque no tan fuerte como el acontecido durante los años 1991-1995.
Son muchas las teorías que intentan explicar este momento difícil para el turismo de sol y playa. Algunos afirman que los últimos acontecimientos internacionales han creado en la población un sentimiento de inseguridad e inestabilidad que ha repercutido en los hábitos del turista; otros, que la actual situación es consecuencia lógica de los movimientos cíclicos a los que se ve sujeta la economía mundial. Otros entendidos en la materia, sin embargo, van más allá y sitúan la crisis dentro del propio sector y la consideran derivada de actuaciones que han repercutido negativamente, entre las que podemos destacar el crecimiento ilimitado e indiscriminado de la oferta. 
Con esta variedad de opiniones no es fácil llegar a un acuerdo a la hora de plantear nuevas soluciones para solventar esta crisis. Raimon Martínez Fraile, actual Secretario General de Turismo, en un artículo publicado en el suplemento de Negocios de EL PAÍS el pasado 13 de junio, intenta explicar la crisis del sector turístico desde el punto de vista de la gestión. Según él, el empresario turístico ha de enfrentarse a varios retos, entre los que destaca la estacionalidad y el proponer una oferta complementaria al destino denominado de sol y playa, donde tengan cabida otros recursos como la gastronomía, la cultura, el ocio, etc.
Este momento de reflexión que atraviesa actualmente el sector turístico costero puede ser aprovechado por el turismo de interior. En primer lugar, puede extraer conclusiones que le permitan una mejora en su gestión y así poder evitar futuras crisis. También puede beneficiarse captando parte de ese turista desencantado, siempre que lo haga con una oferta consistente, variada y de calidad.