Yacimientos arqueológicos, los vestigios de nuestra historia

A lo largo de la geografía P40 hallaremos importantes restos arqueológicos que permanecen como testigos fehacientes de nuestra historia. Tartesios, íberos, fenicios, romanos… una larga lista de pueblos que se han asentado sobre este territorio dejando en él su huella no sólo a través de los yacimientos arqueológicos sino también en la cultura que poco a poco hemos ido heredando hasta configurar nuestra  sociedad tal y como hoy la conocemos.

Los tartesios fueron un pueblo que habitó la Península Ibérica hará aproximadamente 2.500 años. Se situaron en Extremadura y la parta alta del Guadalquivir. Actualmente en la comarca de La Serena encontramos el yacimiento arqueológico de Cancho Roano, donde se muestra el grado de evolución de estos primeros pobladores. Su principal actividad fue el comercio, sin embargo, los restos hallados en Cancho Roano muestran que en este asentamiento su principal fuente de riqueza fue la agricultura. El yacimiento comenzó a excavarse en 1978 continuando hasta nuestros días. Se han encontrado restos de tres conjuntos que, por sus características, han podido ser identificadas como edificaciones religiosas. Estas tres construcciones se asientan sobre un núcleo primitivo que sería la primera manifestación arquitectónica religiosa de esta civilización. La Junta de Extremadura y la Mancomunidad de Municipios de la Serena han creado un Centro de Interpretación que permite al visitante aproximarse y comprender a los tartesios.

En la comarca de Calatrava, Ciudad Real, encontramos el parque arqueológico de Alarcos. Su importancia radica no sólo en la cantidad de historia que en él se halla sino también por la amplitud de sus dimensiones, 33 ha, convirtiéndolo en uno de los más extensos de la comarca. Encontramos restos de la Edad del Bronce a través de los íberos que se asentaron allí desde el VI al III a.C. así como vestigios de una población en la Edad Media cristiana. Muy próximo al parque encontramos Calatrava la Vieja, ciudad islámica medieval. El parque de Alarcos también ofrece información sobre una batalla importante que tuvo lugar durante la reconquista en 1195 y que supuso junto con la de las Navas de Tolosa el inicio del avance cristiano. Esta batalla, denominada igual que el parque, ha dejado en la zona gran cantidad de restos arqueológicos, útiles de guerra pertenecientes tanto al bando cristiano como al musulmán.

Don Quijote alberga el proyecto Plaza de Moros, yacimiento ubicado en la localidad de Villatobas (Toledo), donde aparece un poblado típico del valle del Ebro desde el Bronce Final hasta la primera Edad del Hierro. La singularidad de este proyecto es el hecho de aunar el interés por la didáctica y el turismo. Los cursos de excavación del poblado se realizan durante el verano, en los que pueden formar parte cualquier interesado o especialista en arqueología, se realizan recorridos con escolares para enseñarles el poblado así como las prácticas de arqueología y, por último, se pretende construir un museo que ponga en valor tanto el poblado con la arqueología y reconstruya los restos allí hallados.

Recientemente, la provincia de Albacete ha recuperado el valor del yacimiento del Tolmo de Minateda de Hellín, situado en Sierra del Segura, donde se ha constatado la presencia humana desde la Edad del Bronce hasta el siglo X d.C. Entre los proyectos de la provincia presentados recientemente en Fitur se planteó el objetivo de incorporarlos a la red de parques arqueológicos de Castilla La Mancha.

En la zona de Levante, en la provincia de Murcia y dentro del territorio de Paralelo 40, encontramos el yacimiento del Cigarralejo, de gran importancia para el mundo ibérico. Su colección se encuentra en un museo ubicado en la localidad de Mula. También en la comarca de Integral se pueden visitar los yacimientos de la Encarnación, pedanía de Caravaca de la Cruz, de época ibérica y romano-republicana y en Cehegín, Begastri, de época tardorromana.

Por último, Caroig también cuenta con importantes yacimientos arqueológicos de los que destacaremos los poblados ibéricos de la Bastida de les Alcusses y de Lucena en Enguera, la necrópolis  del mismo período en Corral de Saus y el yacimiento de La Ereta del Pedregal en Navarrés, ocupado desde el 5000 a.C. hasta la Edad del Bronce.