La comarca de Talavera

Dos cosas quizá son las que otorgan un valor especial a la población toledana de Talavera de la Reina. Por un lado, su archiconocida cerámica y por otro ser la patria del insigne Fernando de Rojas, autor de ese clásico inmortal de la literatura española que es la "Tragicomedia de Calixto y Melibea", más conocida como "La Celestina". La antigua Caesarobriga romana ha experimentado muchas vicisitudes a lo largo de su historia y cuenta en la actualidad con un importante patrimonio artístico de iglesias (Santa María la Mayor o Santiago el Nuevo), murallas medievales, conventos, etc.
Pero Talavera no es sólo una importante ciudad, una de las más grandes de Castilla-La Mancha: las comarcas que rodean a esta villa a orillas del Tajo encierran también numerosos atractivos que complementan la oferta turística de la zona.
La Sierra de San Vicente es una elevación que oscila entre los 800 y 1.350 m, situada entre el valle del Tiétar y el valle del Alberche, en la que podemos disfrutar del encanto rural de sus pueblos, así como realizar la interesante ruta de Viriato, un legendario pastor lusitano que logró sobrevivir a la traidora matanza del pretor Galba en el año 152 a.C. jurando a raíz de ello odio eterno a los romanos. Con partidas guerrilleras y buscando aliados entre otras tribus hispanas, logró derrotar durante 7 años a todos los generales y las legiones enviadas desde Roma expresamente para acabar con él. Fue la traición de sus más cercanos colaboradores lo que puso fin a su vida en algún lugar de la Sierra de San Vicente. "Roma no paga traidores" es la famosa frase que ha quedado para la Historia, con la que los romanos replicaron a los asesinos cuando éstos fueron a reclamar su recompensa.
La Jara es, por otro lado, una de las comarcas históricas de la provincia de Toledo. Allí el viajero observará unos paisajes de montaña verdaderamente espectaculares, en las estribaciones de los Montes de Toledo, con una interesante vegetación natural autóctona y una variada diversidad faunística. En sus pueblos, donde el tiempo parece haberse detenido, se puede contemplar una arquitectura popular en perfecta simbiosis con la naturaleza que los rodea.
En esta comarca podemos encontrar tanto restos de la época de la edad del Bronce, ibéricos, asentamientos romanos del siglo IV, necrópolis visigodas e iglesias de los siglos XI al XVI.
Arte, historia y naturaleza se funden en estas tierras castellanas para ofrecernos un destino interesante para nuestras vacaciones.