Dale color, dale sabor

En las variadas tierras de P40 se cultiva un producto de lujo. Para todos los viajeros cocinillas que visiten Cuenca, he aquí un motivo de gozo: el azafrán, esos hilillos rojos que aromatizan y colorean nuestros platos. Vienen en cajitas y siempre se acaban antes de lo previsto. Pero ¿qué es?, ¿de dónde viene? ¿a dónde va? He aquí las respuestas:
¿Qué es?
El azafrán (Crocus sativus L.) es una planta bulbosa que pertenece a la familia de las Iridáceas. Ya en el primer tercio del siglo XIX La Manchuela producía el azafrán de mejor calidad de España. El Azafrán de La Mancha con Denominación de Origen se caracteriza por su elevado poder colorante, tiene un aroma fuerte y exótico, así como un sabor ligeramente amargo.
Conviene saber que hay que utilizar siempre azafrán de la cosecha, ya que con los años pierde calidad; y compradlo únicamente en hebra, nunca molido. La manera de utilizarlo es coger las hebras, molerlas con ayuda de un mortero y diluirlas con el caldo del guiso entre 10 y 15 minutos antes de acabar la cocción.
La cocina selecta, sobre todo la mediterránea, continúa utilizando el azafrán en una variada gama de platos, a base de arroces (paella), carnes, aves, pescados, estofados, huevos, aliños de ensaladas, de caldos, sopas, salsas, rellenos, pastas, mariscos e incluso en la elaboración de dulces, helados, jarabes y licores. O sea, que sirve para todo.
¿De dónde viene?
El azafrán fue introducido en España durante el periodo musulmán. En los siglos VIII y IX fue un producto monopolizado por la alta burguesía andalusí. La cocina arábiga era muy pródiga en condimentos herbáceos, pero el más importante para la economía musulmana era el azafrán, usado como colorante y aderezo indispensable en la mayoría de los platos.
¿A dónde va?
Las cualidades del azafrán para la salud son infinitas: es estimulante del apetito, favorece la digestión, tiene efecto sedante (combate la tos y la bronquitis, mitiga los cólicos y el insomnio, calma los problemas de dentición infantil); carminativo (favorece la expulsión de gases acumulados); emenagogo (favorece la menstruación), también es eficaz para combatir los trastornos nerviosos, espasmódicos y el asma.

Sabido esto, ya querréis visitar la zona y probar esta exquisitez culinaria, por eso os recomendamos cinco localidades cuya cocina está basada en la calidad de sus materias primas:

Alarcón: la cocina de Alarcón, situado a caballo entre Albacete y Cuenca, responde plenamente a las tradiciones gastronómicas de estas provincias; sus platos típicos -gachas, morteruelo, pisto manchego, duelos y quebrantos, gazpachos, etc.- se corresponden con los tradicionales conquenses, con algunas variaciones en los ingredientes o en la forma de preparación. Celebra la fiesta del Santo Cristo de la Fe el 14 de septiembre.

Casasimarro: cuya actividad económica más importante es la del cultivo del champiñón, siendo uno de los primeros productores en España, con una producción del 14% del total nacional. Este sector, más la artesanía de la guitarra, distinguen de tal manera el municipio, que Casasimarro puede llamarse con propiedad la "capital del champiñón y la guitarra".

Minglanilla: con casi 10.000 colmenas censadas, Minglanilla se constituye en la primera localidad de la provincia de Cuenca en número de colmenas y kilos  de miel producida. Asimismo se reconocen los cultivos de endivias únicos en la provincia de Cuenca. El 14 de septiembre, celebra la fiesta del Santo Cristo de la Salud.

Olmedilla de Alarcón: destaca sobre todo por su famoso potaje, ajo arriero, torrijas, rellenos dulces, platos típicos sobre todo en la Semana Santa. Además de magdalenas y rolletes de sartén caseros y otros dulces como tartas y helados.

Villanueva de la Jara: donde se cultivan el champiñón y las setas; sus conservas y la posterior venta a diferentes puertos a nivel nacional e internacional. El 15 de octubre celebra la fiesta de Santa Teresa.