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domingo, 30 de abril de 2006

Mirar hacia atrás: un viaje al interior

Molino de VientoHace 529 años, (en 1477) un soldado poeta cayó herido en el campo de batalla de Castillo de Garcimuñoz, para morir después en Santa María del Campo Rus. El poeta muerto se llamaba Jorge Manrique, y todo sucedió en un lugar de La Mancha de cuyo nombre queremos acordarnos.
Os proponemos, pues, un viaje en el tiempo por una zona rica en patrimonio cultural, literario y religioso, sólo un ejemplo de la historia que hay para descubrir en la ruta por la comarca de El Záncara, en Cuenca:

Partimos de la villa de Castillo de Garcimuñoz, visitando su castillo, construido por el infante D. Juan Manuel, de estructura medieval, equilibradas proporciones y una espléndida portada principal de estilo renacentista. Tras un descansito en Casa Rural La Cueva, lo apropiado sería recorrer sus casas señoriales de escudos y rejas barrocas, hasta llegar a la Casa Gótica, del siglo XIV.

En La Alberca de Záncara hay un museo etnográfico que nos ayuda a comprender sus reminiscencias árabes y a conocer todo lo valioso que alberga la Iglesia de la Asunción, del siglo XV, como es su retablo de madera policromada.

En Casa Rural Torrelagranja, con sus tres plantas de estilo neorromántico y los más de mil metros cuadrados de jardines alrededor, podemos buscar el descanso que necesitemos. Para comer, el Restaurante Lavara ofrece especialidades manchegas y carnes a la brasa.

Seguimos hacia El Provencio donde está la Casa Rural El Curilla, ideal para rememorar a través de su decoración lo que fue una casa de labranza, sus animales de corral y su huerto.  Los blancos encalados y las tapias de las casonas de labranza, de amplios ventanales, nos evocarán otros tiempos y otras vidas.

Curiosos los puentes que cruzan el río Záncara, a cuya orilla vive el pueblo, entre ellos el Puente del Rey. Aquí hay que probar las pastorreñas, a base de jamón, salmón, bacalao, etc., preparadas como nadie en el merendero El Pastor.

Las Pedroñeras es una localidad que debe su nombre a las piedras sobre las que se fundó, de gran interés porque conserva un casco antiguo considerado uno de los mejores de la Mancha conquense. Hay que ver su patrimonio arquitectónico religioso y la hechura de todos sus edificios.

Pero también debemos yantar: El Hostal Restaurante El Bomba nos ofrece la cocina típica regional, por ejemplo las chuleta de cordero con ajos morados, de obligada degustación porque Pedroñeras es la capital del ajo, y en el Restaurante los Ángeles, el despliegue de sabores incluye el ajoarriero, el morteruelo, el lomo de orza, las carnes a la brasa o el chuletón de buey a la piedra.

Y para finalizar, no debemos perdernos ni la Casa de la Porra, situada a cuatro km. de Las Mesas: (es una casa solariega manchega del tiempo de El Quijote, dicen); ni el recientemente restaurado molino de viento del siglo XV.
Si “los asuntos del cerebro se fraguan en la oficina del estómago” desde Casa Rural Julia podremos reponernos antes de pasear por el pueblo y por las páginas del Quijote, para regresar a casa más satisfechos y más sabios.